
Sin embargo, un día entendí que para reconocer lo extraordinario debía tener muy claro lo ordinario y precisamente algo bien ordinario como una simple caja de cartón desafiando las leyes de la Física me lo mostró.
Cierto día, caluroso de verano se presento alguien a mi puerta con el protesto de "visitar", expresión costeña de sentarse a hablar , y como es de buen anfitrión uno hace caso omiso a la visita y empieza a contar lo hecho, lo no hecho, lo habido y por haber, y pasando el tiempo y entretenida en la charla no me percate de que mi visita traía consigo una pequeña caja, sin embargo al mirarla me llamo la atención y pensé en lanzarla hacia los cielos pero la charla me lo impedía. Aunque la tentación estaba latente no lo hice y empecé a notar que la caja se movía sola sin ninguna explicación lógica y mis pensamientos empezaron a volar como quería hacer con la caja y no me resistí a mis deseos de lanzarla por los cielos, tomándola en mis manos sentí que algo se movía y fue cuando me entere que no venían de "Visita" sino a pedirme un pequeño favorcito que cambiaria a mí historia y la de mi familia.
Fue en este momento donde arduas horas de a estudio dieron su fruto, aplicando las leyes del el movimiento se que no se necesita de un fantasma para que una caja se mueva sino de la fuerza de algo o de ''Alguien" y vaya del alguien, abrí la caja y me encontré con la razón y el pequeño favor, era blanco y suave como un algodón, pequeño, con unos hermosos ojos rojos y flexibles orejas, era la – porque es una damita la inspiración de esta historia y de muchas que comienzan, Me imagino que pensaran debe ser un perrito, o un ratoncito, pero no señores ni señoras es mi pequeña conejita Bonnie.
Ella era la explicación del movimiento de la caja y de la verdadera razón de la "Visita", mi visitante quería dejarme una especial tarea darle una vivienda, comida y cuidado a su mascota que por azares de la vida era una más de las damnificadas de las separaciones familiares. Hoy se que las horas en mis clases no fueron en vano y que una caja y las leyes tienen más en común que ser una palabra o un diagrama en un libro. A mis queridos lectores les quiero pedir que desempolvemos nuestros conocimientos.
